Del Amor en los tiempos del COVID
Ps. Carlos De Luise Saurré
Reza el viejo refrán que “toda realidad supera a la ficción” y la
verdad, lo estamos comprobando, estuve revisando mentalmente las muchas
películas que he visto o de otras que
alguien me conto la trama, específicamente las de catástrofes apocalípticas,
virus contaminantes o incluso muertos vivientes ( aun me perturba la dicotomía
de esta definición), en todas ellas se aprecia un común denominador y es que en
todas ellas el protagonista o protagonistas cuentan con el apoyo y el consuelo
de otras personas ya sean familiares, amigos o eventuales compañeros de
desgracia siempre hay un hombro en donde llorar y consolarse de tanta desgracia
y el mundo se torna caótico a su alrededor, en donde gobierna la anarquía y los
buenos son extremadamente buenos y los malos super malvados pero quien diría
que nos encontraríamos viviendo una trama de horror más cruel despiadada y
silenciosa que cualquier super película de horror; si, esta pandemia del
COVID-19 está matando personas en todo el mundo sin la posibilidad de estar al
lado de sus seres queridos en estos momentos tan difíciles, nos ha quitado el
abrazo de saludo , los besos, hasta el simple estrechar de manos, las reuniones
familiares simples y sencillas, el ver a los padres , visitarse entre hermanos
o amigos, los cines, las fiestas, las misas y matrimonios, las comidas
familiares en los restaurantes y lo peor de todo la posibilidad de la despedida
a la hora de morir, y sobre todo muertes súbitas e inesperadas ya que las
personas se enferman y todo comienza como un resfriado y en los casos que se
agravan van degenerando de mal en peor hasta la muerte, esta muerte se da en
soledad rodeado de extraños que son los encargados de proveer los servicios de
salud, esta situación no es percibida muchas veces, por la persona que muere
pues estos viajan en paz ya que por la condición de la enfermedad, cuando se
agrava, son sedados e inducidos a coma cuando se puede hacer, en otros casos es
un poco más doloroso pero aun así es una muerte rápida, pero el dolor de la
familia es duradero, pero ¿Qué hacer ante esta situación , inesperada y
desconocida?, bueno como ya lo dijo Charles Darwin “las especies que sobreviven
son aquellas con la capacidad de adaptarse a sus nuevos entornos”, lo primero,
extremar las medidas de cuidado, doble o triple mascarilla, protector facial,
mantener la distancia a más de metro y medio, y de ser imposible, hacerlo lo
más breve posible, desinfectar todo lo que se toca y las manos que lo tocaron,
desinfectarse al llegar a casa, evitar visitas innecesarias, aprender de
tecnología para podernos comunicar, por más desinformado o ignorante que se
haya sido con relación a estas tecnologías, siempre se puede aprender ya que
antes, estas tecnologías eran de uso opcional , ahora son de uso casi obligatorio
y aprenderlas no es nada difícil, también es trascendente, decir a nuestro
seres queridos lo importantes y valiosos que son para nosotros, no esperar a
estar en agonía para decirlo y si alguno de nuestro seres queridos partió por
esta pandemia recordarlo con amor, con el legado que dejo en esta tierra esta
pandemia vino para quedarse y no nos queda otra alternativa que aprender a
vivir con ella y tomar conciencia del peligro que representa, aquellos que no
creen que pasara nada y hacen su vida como antes están condenados a sufrir por
la pérdida de un ser querido o quizá su propia muerte, ya que a diferencia de
las películas el mundo sigue andando, el orden prevalece y en apariencia todo
está “normal”, sin embargo recuerden que sobrevive el más apto y el más
preparado, el que no lo haga está condenado a vivir las consecuencias de sus
decisiones, esto por supuesto excluye a las personas que se contagiaron o se
contagiaran a pesar de los cuidados por algún fortuito descuido, pero eso es la
excepción y no la regla, solo le pido a Dios que nos libre pronto de esta
pesadilla que aun continuamos soñando despiertos.